Estoy segura de que todos conocemos a alguien, una mujer
concretamente, que ha querido enrolarse
en el barco de la maternidad. O que
simplemente se ha visto a bordo con el petate y el uniforme sin saber siquiera
cómo ha llegado ahí, pero al contrario de lo que puede parecer o podemos
pensar, quedarse embarazada no es una tarea fácil y muchas veces, muchas más de
las que nos pensamos, esa mujer tiene que pasar por un largo proceso (bendita
Seguridad Social) antes de ver un positivo en un predictor. Y creedme, no es
fácil. No es fácil sonreír cuando llevas casi dos años persiguiéndolo y lo
único que se le ocurre a la gente es decirte que lo mejor es intentar que
llegue, mientras guiñan un ojo y le dan
con el codo a tu marido. Y tu tienes que reír el chiste, porque claro, se folla
mucho. ¿Y qué hay mejor en el mundo que no sea follar? Pero la realidad tras la
fachada es desesperanzadora, más que nada porque llega un momento en que cada
regla es una decepción, una puñalada y una misma pregunta: ¿serviré? Porque te
sientes inútil, inservible y asquerosa. Y no estoy diciendo que una mujer
incapaz de procrear o que no tenga ese instinto lo sea, ojo, pero llega un
punto en el que solo piensas en que qué cojones pintas si no eres capaz ni de
quedarte preñada, cuando el mundo está lleno de embarazos de rebote. Y te
deprimes, ves la felicidad en los demás, pasan los meses y a ti te sigue
bajando la regla. Y ahora decidme si os parece gracioso el “pues nada, a seguir
intentándolo jeje” *guiño *guiño *codazo *codazo.
Lo mejor de todo es cuando, en un intento de tranquilizarte y
hacerte un bien, te dicen eso de “relájate, deja de preocuparte y no pienses en
ello”. ¿En serio? Vamos a ver, ¿ni siquiera sé si yo misma estoy bien y no
tengo que preocuparme? Porque eso sí, en la Seguridad Social te hacen lo
necesario, pero desde que explicas tu problema hasta que te dan un diagnóstico
a mí me pasaron 8 meses, para concluir que la causa de la infertilidad era
desconocida. Yo me quedé con cara de gilipollas, así os lo cuento. Nosotros con
la cara a cuadros y la ginecóloga mandándome a Vall d’Hebron a reproducción
asistida con la frase más tranquilizadora que había oído hasta la fecha: “calma
porque tenéis para años”. AÑOS. ¡Pues nada, a seguir intentándolo! *guiño
*codazo y vamos a bajar por la ventana que el ascensor tarda en llegar. Esa
noche lloré y me resigné a tener el primer hijo con 40. Al día siguiente me
compré una copa menstrual. Y dejé de pensar en ello. La siguiente regla ya no
fue una decepción, sino un reencuentro con una vieja amiga con la que te vas de
“copichuelas”. Ha sido un chiste muy malo, horroroso, lo reconozco.
A donde quiero ir a parar ahora es a la razón que tiene la
gente en general cuando te aconsejan que te relajes, sobretodo cuando es gente
que ha pasado por lo mismo o puede entenderte (o por lo menos que ha
planificado su embarazo). Pero por favor, ahorraos el “te lo dije”, porque si
habéis pasado por lo mismo sabréis que es duro, y que es imposible no pensar en
bebés todo el tiempo. Pero es cierto, no pensar en ello funciona. De hecho solo
vi mi regla una vez después de que nos dijeran que teníamos para rato y, a
veces, pienso que si antes nos hubieran dicho que no pasaba nada
(aparentemente) con nosotros, antes habríamos tenido el positivo. Parece una
chorrada, pero para estas cosas los nervios influyen mucho (todos conocemos
miles de casos), pero a ver quién es el que los tiene de acero cuando ves que
la cosa no cuaja.
Dejadme que os dé un consejo: cuando esa amiga, hermana, conocida
os responda tímidamente que no, en vez de caer en tópicos mejor le dais un
abrazo, o la cogéis del hombro y le preguntáis “¿y tú, te encuentras bien?”.
Que lo mismo se echa a llorar, pero tener en cuenta los sentimientos de esa
persona es un punto, lo mismo que no estar preguntando cada mes, que cuando
esté embarazada os lo dirá; no hace falta ir haciendo el recordatorio, que
bastante tiene.
Me he dejado el punto de “estás gorda”, pero eso ya para otra
ocasión si un caso, porque al parecer todos los problemas del mundo vienen
porque estás gorda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerda usar un lenguaje adecuado en tus comentarios. Gracias por participar!