Cuando has logrado quedarte embarazada se hace complicado no
dar bombo y platillo a la noticia, especialmente si os ha costado llegar a eso.
Tienes como 10 fotos del test de embarazo en el móvil, le has mandado la foto a
tus amigas más íntimas y a la familia más cercana, quieres ser prudente porque
siempre se dice que el primer trimestre es muy delicado y puede no seguir
adelante y claro, a cuanta más gente le des la buena noticia, a más tendrías
que darle la mala en caso de que las cosas no fueran bien. Pero cuando llega la
primera ecografía, ahí sí que no hay quien te detenga y expones a tu pequeño
feto en todas las redes sociales y grupos de WhatsApp a los que tienes acceso.
Y empieza la lluvia de comentarios. La gente (incluso personas con las que no
tienes absolutamente ningún tipo de relación salvo por las chorradas que
cuelgan de vez en cuando, o ni eso porque le quitaste el seguimiento) te llena
el muro y el buzón de comentarios felicitándote (que tú dices mierda, iba a
borrarte pero ahora tendré que dejar pasar 8 años más sin tener contacto para
poder hacerlo) y comentando lo contentos y felices que están por ti. A la
mayoría no les importa tu vida hasta que te quedas embarazada. A mí me da por
pensar que a lo mejor la gente se cree que las embarazadas son brujas o algo y
mejor tenerlas contentas por si un caso, no vaya a ser que les dé por echar mal
de ojo a tu perro. ¿?
Pero ese no era el tema del que quería hablar; lo siento, me voy por los cerros
de Úbeda. Cosas de preñadas.
Cuando acabas de saber que vas a tener un bebé, una pregunta
que te hace mucha gente y que a mí me llegó a incomodar en cierta manera, es
eso de “¿y tú qué quieres?” refiriéndose al sexo del bebé. Yo nunca he tenido
predilección, si bien es cierto que siempre he tenido claro el nombre que le
pondría si fuera una niña, nunca he tenido el deseo específico de uno u otro.
Así que siempre contestaba que a mí me da igual. Entonces la gente te mira raro
y te dicen “¿en serio? ¿no te apetece más una niña?”, porque hay quien debe
pensar que los niños no son monos, o que una niña es mejor que un niño, o que
es más fácil de criar, o que dan menos faena y como eres primeriza cuanta menos
faena mejor, no vaya a ser que te dé un telele (porque te creen medio tonta). Y
sí, a mí me da igual. Yo lo que quiero es ser madre, traer al mundo un bebé
sano y sin complicaciones. También quiero que me toque la lotería, para qué
engañarnos. Y un todoterreno, pero en cuestión de hijos que venga lo que tenga
que venir. “¿Pero tú qué sensación tienes?”. Copón, no tengo sensación ni de
estar preñada ¿y voy a intuir cuál es el sexo del embrión?
Se que hay gente que siente predilección por tener uno u
otro, pero en mi caso la predilección la tengo por que todo salga bien y no me
tengan que poner puntos, que mira que me queda, pero ya le estoy cogiendo
pelusilla al parto.
También quiero patatas fritas. Y pastel de queso con
mermelada de arándanos. Ah, y un batido de fresa.
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